Froome salva el Tour

El británico, virtual campeón de la ronda gala con 1:12 sobre el colombiano
Alejandro Valverde logrará en París su primer podio en la 'Grande Boucle'
Thibaut Pinot se desquitó con un sensacional triunfo en el mítico Alpe d'Huez

Nairo Quintana estuvo más cerca de lo esperado de reventar el Tour de Francia en su última gran etapa de alta montaña con el espectacular final del mítico Alpe d'Huez. El colombiano lo intentó durante todo el día pero finalmente no le bastó para hacerse con el maillot amarillo. Chris Froome lograba, con 1:12 de ventaja, su segundo triunfo en la gran ronda gala, que celebró la victoria de etapa de Thibaut Pinot.

Como se suele decir, 'más vale tarde que nunca'. Sin embargo, y pese a la enorme exhibición, quizás esto no consuele del todo al equipo Movistar Team, que se quedó cerca de la gloria pero que quizás lamente no haber podido intentarlo antes. No obstante, desde el sofá del que muchos se levantaron hoy gracias a Quintana, siempre es más fácil decirlo. Otra cosa es estar ahí.

Pero lo que nunca les podrán reprochar es que lo intentaron. Y de qué manera. La mejor etapa de este Tour de Francia cumplió la expectativas y nos brindó un sensacional espectáculo desde casi el inicio. Tras el descenso incial propicio para la apertura de escapadas, llegaba el primer 'pedrusco' del día, la Col de la Croix de Fer (HC). Nario, que no es traidor, avisó ayer: hoy atacaría antes que ayer. Y cumplió con su palabra. En las últimas rampas del duro puerto lanzó un potente ataque para dar continuidad al de Valverde. Entre los dos lograron poner nerviosos a los Sky, que luego conectarían tras coronar.

Así, con todos los favoritos juntos, se llegaba a las inmediaciones del último puerto del día, el coloso y mítico Alpe d'Huez. La cabeza de carrera era para Geniez, que echó el resto. Por detrás, un grupo de perseguidores donde iban Pinot, Rolland, Plaza, Anacona o Hesjedal, entre otros. La diferencia era insuficiente para los fugados. Y más viendo al Movistar Team tirando con fuerza de la mano de Castroviejo para endurecer el primer tramo de subida.

Y, en ese momento, uno menos para el combate: Nibali. El italiano, ganador ayer, sufrió un más que inoportuno pinchazo justo al comienzo de la subida. Eso le trastocó todos los planes de intentar 'colarse' en el tercer cajón de la general. Algo que, por todo lado, era una buenísima noticia para los intereses de Valverde. El murciano y su líder tardarían poco en abrir fuego. Ya en las primeras rampas empezaron el baile de ataques contra un Sky que da vez iba más debilitado.

Sin embargo, el líder contó con la impresionante ayuda de Poels primero, y de Porte después. De no ser por ellos, el desenlace de la etapa y quién sabe si del Tour también, habría sido diferente. Aún así, el Movistar Team les puso en serios aprietos. Después de varias intentonas, finalmente Valverde y Nairo lograban abrir hueco y su ventaja empezaba a subir. Por delante, Pinot y Hesjedal empezaban a 'pelear' por hacerse con la cabeza de carrera en solitario. Ante tanto movimiento, Contador terminaba cediendo y más tarde se uniría a un grupo con Purito y Nibali, que iba recuperando poco a poco.

Agotada la bala de Valverde, Quintana volvió a arrancar y conectó con Anacona. Entre colombianos hubo un gran entendimiento en lo que se convirtió en una gran estrategia por parte del equipo español. Y, cuando Winner agotó hasta la última gota de sudor, Nairo volvió a acelerar para seguir intentando la machada. Pinot, ya por entonces, rodaba en solitario y la etapa se tornó en un tira y afloja entre el francés el colombiano, que sin embargo tenía más en mente la diferencia en la general. Una diferencia que estaba ya por encima del minuto, aunque lejos de los 2:38 que le separaban del amarillo el empezar el día.

Al final no pudo ser. Pinot cantó victoria y maquilló de forma brillante un Tour que se le puso cuesta arriba desde la primera semana y Quintana, que fue el gran animador de esta etapa para la historia, arañaba un valioso tiempo que sin embargo le dejaba a 1:12 del virtual campeón de la carrera. Una diferencia que sirve para recordar los 1:28 que cedió el colombiano el día del abanico de Zelande. Para su consuelo, una etapa que quedará en la historia de esta prueba, al igual que las lágrimas de un gran Alejandro Valverde, que lloraba en meta tras conseguir su primer podio en la 'Grande Boucle'. Una carrera que mañana coronará a Froome como nuevo rey del ciclismo mundial, reinado que ya disfrutó en 2013.





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